FUNDAMENTACIÓN
El conocimiento del bebe o niño
es un mundo frágil y fascinante. Frágil por que los humanos requerimos para
nuestro desarrollo de muchos cuidados médicos, de alimentación, estímulos
adecuados y de entorno estable, lleno de afecto. Fascinante porque cada ser
encierra capacidades que se perfeccionan con el tiempo además de que asombran
por inesperadas. (Ordoñez, 2012)
Según las referencias de diversas
investigaciones se pudiera afirmar que durante los primeros años de vida se
adquieren las bases fundamentales para el desarrollo del ser humano. Ello le
permite al menor la posibilidad de manipular y conocer el mundo que le rodea;
dicho proceso favorece la capacidad
mental, propicia la adquisición de su autonomía, su confianza básica y su propia
autorregulación. La estimulación temprana pretende apoyar al niño y la niña en
este manejo y conocimiento de sí mismo y de lo que le rodea; es una estrategia
para la promoción y protección de la salud, previene la instalación de desvíos
del desarrollo en infantes aparentemente normales, así como en menores con alto
riesgo ambiental. Su práctica es sustentada por los contenidos de aprendizaje,
así como por las técnicas desarrolladas por la pedagogía, la educación
especial, la puericultura, la fisioterapia, la intervención psicológica en
vínculos tempranos, y demás áreas
afines.
La aplicación sistemática y
científicamente dirigida de la estimulación temprana en las guarderías,
casas-cuna, centros de desarrollo infantil, instituciones de salud y en la propia
familia resulta indispensable para garantizar un desarrollo armónico e integral
del ser humano, por lo que es importante que las personas que prestan sus
servicios en estos espacios se encuentren altamente capacitados teórica y
metodológicamente, para que a su vez transmitan con oportunidad y asertividad
la información dosificadamente a los padres, tutores y cuidadores de los niños durante sus primeros años de
vida.
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